El Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones (TTIP) es un acuerdo comercial entre la Unión Europea y Estados Unidos que pretende equiparar las normativas a ambos lados del océano.
Las ventajas que ofrece son liberación del intercambio entre ambos lados del Atlántico por una eliminación de barreras arancelarias. Nos permitiría mantener el liderazgo económico frente a Asia y es una herramienta para lograr más beneficios económicos. Pero, ¿es realmente tan bueno como lo venden?
Realmente no se puede saber con exactitud, puesto que los países interesados aún no han llegado a un acuerdo. Pero ciertos grupos ecologistas y algunos economistas (Podemos, Equo, Susan George) advierten de que este tratado puede traer efectos muy negativos en el medio ambiente, nuestra forma de vida e incluso de manera más leve, en nuestra economía. Esto se debe a que EEUU no tiene las mismas normativas que la UE, sino que este tratado serviría para igualarlas.
Personalmente no estoy en contra de la globalización. Creo que ha servido para mejorarnos la vida a todos. Pero no estoy de acuerdo con los efectos que conlleva firmar este tratado. Pienso que si se adoptasen las normas de la UE no habría ningún problema, porque son buenas para garantizar la seguridad de la ciudadanía.
En definitiva, este tratado bien estudiado y controlado podría mejorar nuestra forma de vida, pero no de la manera que actualmente se puede deducir. Creo que los ciudadanos, las personas, estamos por encima de los negocios y por eso se debe garantizar nuestra seguridad y la de nuestro entorno.
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